LP. Hilargi. 1991.
A ALDEA
1. Bakartadean (Joseba Gotzon)
2. Besarka nazazu (Joseba Gotzon)
3. Irriaren soinua (Joseba Gotzon / M. Gutiérrez)
4. Itsasoaren doinua (Joseba Gotzon)
B ALDEA
1. Euripean (Joseba Gotzon)
2. Deserria (Joseba G. / M. Estibaliz – I. Ojeda)
3. Mutilatuak (Joseba Gotzon / Iñaki Ojeda)
4. Zohardian (Joseba G. / J. Sarrionaindia)
5. Hilen kantaldia (Joseba Gotzon / Iñaki Ojeda)
Musika: Joseba Gotzon
Hitzak: Joseba Gotzon / M. Gutiérrez / Mercedes Estibaliz / Iñaki Ojeda / Joseba Sarrionaindia
Produkzioa: Joseba Gotzon
Moldaketak: Pedro Hoyuelos
Pedro Hoyuelos: bateria, perkusia, bajua, teklatuak, pianoa, kitarra elektrikoak, kitarra klasikoa, abotsak “Mutilatuak” abestian.
Fabi Akarregi: bajua “Itsasoaren doinua”, “Zohardian” eta “Hilen kantaldia” abestietan.
José María Santamaría: kitarra elektrikoa, akustikoa eta klasikoa (“Deserria”). Abotsak “Mutilatuak” abestian
Fernando Villar: abotsak “Mutilatuak” abestian
Jabier Alzola: saxoak
Begoña Costa: abotsak
Ángel Lázaro: grabaketa eta “Hilen Kantaldia” abestiaren nahasketak.
José Lastra: grabaketaren laguntzailea
Carlos Zubiaga: nahasketak
Deserria
Me encuentro en el polvo de la nada
apartado del lenguaje
mis manos tiemblan cuando escribo
la tinta de mi hastío.
Mis recuerdos hieren el presente
y en el léxico del roble prohibido
descansa mi cuerpo abatido
del bregar de estos versos
en este amargo idilio.
Y mi conciencia reposa en el saber de tu espera
llorando en la noche.
—
Zohardian
Gaur ere goiz ilunduko du agian
zohardian izarrak piztuko
eta hotza egongo du zeldetan.
Inorekin mintzatzea debetaturik
ene buruarekin mintzo naiz soilik
baina isiltzeko agindu didate.
Kantatzea ere debekaturik dago
baina ez dakite
poemak izkiriatzen ditugunik.
Poema bat hasi naiz asmatzen
miarmak bere hariak
zokoan zabaltzen dituen bezala.
—
Eta ni itsasoaren doinuarekin bakarrik
Allí donde el mar cruza fronteras sin cesar
oigo un murmullo de paz.
Tu risa se va como una estrella fugaz
que deja el aroma al pasar.
Y yo sólo con la melodía del mar
anhelando tu sensibilidad.
En el latido de olas que vienen y van
existe la libertad.
Quisiera tener una fría gota sin más
para contigo beber.
Pero me conformaré con la melodía del mar
anhelando tu sensibilidad.
Y allí donde rompe el mar
cuánto debiera inspirar
a fugitivos de la solidaridad
y ladrones de vidas vivas.
Y veo tu luz, y veo tu luz
que alumbra mi corazón.
—
Hilen kantaldia
Amanece el desnudo día
exaltado por escalofríos
locuras manchas rojizas
sangre y salitre en las huellas
entonan un concierto de muertos.
Misteriosos monstruos escupen
eterno dolor por sus bocas
cortando en tajos acantilados y rocas
que arañan lo íntimo de sus huesos.
Usoa, usoa, envidia de la mente fugaz.
Usoa, usoa, yace en el fondo del mar.
La paloma perdió su mágica hoja
arrebatada por la insensatez madura
enemiga suprema de la existencia
ilustrada por siglos de guerras;
en idéntica meta: la muerte.
—
Mutilatuak
Un puñal de cobre penetra en la carne
cangrena la sangre de muchas rabias distantes
por puñales en noches vengadores.
Maldita silla de ruedas eres la total agonía
sordo por las mágicas melodías
visitante inoportuno los mediodías.
Ciertas muletas andantes dirigen en guía
caminante herido mientras avanza en el camino
vil entre afluentes culminantes.
Y es que tanta rabia pensando
que tantos hombres utilizados
mutilados sean en rincones apartados
por los mismos que les entregaron a la guerra.
Tantas ternuras ahogadas en llantos
tantas y tan pocos los verdugos.
—
Irriaren soinua
Si los amantes ríen
se anula el tiempo
y la muerte se detiene.
Si la risa estalla
niegan lo oscuro
y en la noche, todo esclarece.
Y aún cuando el amor se acaba
les queda el recuerdo
del sonido de la risa.
Había hablado de ignorar el tiempo
y ahora sentía aceptar su caída.
Había citado el paso detenido de la muerte
y ahora tenía que descubrir su victoria final
Se había atrevido a musitar
el conjuro de los mágicos refugios
y ahora es taba aquí buscando por la estancia
de esa eterna orgía perpetua.
—
Besarka nazazu
Abrázame entre tus olas
que sienta el calor
entre tu aroma y el sol.
He recordado
en el exilio de la nostalgia
cuantas lágrimas vividas
consolé en tu mirada.
He recordado en el miedo de la noche
los ramilletes de risas
que fueron traicionados
en la sombra maldita de los fiascos.